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miércoles, 10 de marzo de 2010

Sexta Semana B Clase virtual dia 13 de Marzo de 2010 LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL DE LIMA METROPOLITAN

COMPRENSION DE LECTURA

Grupos de 3 alumnos, analizarán el tema y presentarán un resumen de 20 diapositivas
que serán remitidas al email del docente.





LA MUJER EN EL MERCADO
LABORAL DE LIMA METROPOLITANA


INFORME ANUAL 2006


Julio 2007

MINISTERIODE TRABAJOY PROMOCIÓNDEL EMPLEO


SUSANA ISABEL PINILLA CISNEROS Ministra

FERNANDOALBERTOGARCÍA GRANARA Viceministro de Trabajo

JAVIER ALBERTOBARREDAJARA

Viceministro de Promoción del Empleo y de la Micro y Pequeña Empresa


IVÁN SÁNCHEZ GONZALES Secretaria General (e)



DIRECCIÓN NACIONAL DE PROMOCIÓN DEL EMPLEO Y FORMACIÓN PROFESIONAL


FRANKMARTÍNCASTRO BARCENAS Director nacional

PROGRAMADE ESTADÍSTICASY ESTUDIOSLABORALES

Coordinadora

TATIANA VELAZCO PORTOCARRERO Equipo Técnico
JULIO CÉSARPÉREZ COAGUILA

IVET DEL ROCIOLINARES GARCIA


INDICE




Introducción


1. Situación de la mujer en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana


2. Características de las mujeres ocupadas de Lima Metropolitana


2.1. El empleo femenino según estructura de mercado
2.2. La informalidad del empleo
2.3. Las mujeres ocupadas según sector económico
2.4. Los ingresos de las mujeres ocupadas
2.5. El nivel educativo de las mujeres ocupadas


3. Características de las mujeres desocupadas de Lima Metropolitana


3.1. Las Jóvenes desocupadas


4. Características de las mujeres inactivas de Lima Metropolitana


5. Mujeres jefes de hogar


6. Diferenciales de ingreso por género


7. Conclusiones


8. Referencias


Anexos



INTRODUCCIÓN




La incorporación y creciente participación de la mujer en el mercado laboral ha venido sucediendo en todos los países, desde hace ya varios años, y el Perú no es la excepción.
En la actualidad, a nadie sorprende que las mujeres desempeñen importantes cargos en múltiples instituciones. Sin embargo, un porcentaje de ellas siguen presentando una inserción precaria en el mercado de trabajo.


Es bien sabido que, en comparación con los hombres, las mujeres históricamente han tenido menos posibilidades en el acceso y en el ejercicio del empleo, principalmente por el papel que deben cumplir en el hogar, como madres y cuidadoras de los miembros de la familia. Esta situación está cambiando en las generaciones más jóvenes, quienes están postergando el matrimonio y el embarazo, y están adquiriendo un mayor nivel de educación.


En base a la Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo del 2006 del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) aplicada en Lima Metropolitana, se analiza el perfil de las mujeres según su condición de actividad y se explora, además, las diferencias salariales con los hombres, encontrando que la brecha de ingresos ha venido aumentando en estos últimos dos años en la capital peruana. En esta oportunidad, y por contarse con una serie estadística larga para la capital, se ha tratado de comparar, en lo posible, el desempeño laboral de la mujer en los últimos diez años, es decir, 1996-2006.


El documento se organiza de la siguiente manera, en la primera parte se analiza la participación laboral de las mujeres en la ciudad de Lima Metropolitana. En la segunda parte, se presenta las características del empleo femenino y sus condiciones de trabajo.
La desocupación e inactividad de las mujeres se analizan en la tercera y cuarta parte, respectivamente. La quinta sección analiza la situación de las mujeres jefas de hogar, mientras que la cuantificación de las brechas de ingreso se presenta en la sexta parte. Finalmente, se presentan las conclusiones y el glosario de términos laborales.

1. Situación de la mujer en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana1


En el año 2006, la Población en Edad de Trabajar (PET)2 de la ciudad de Lima
Metropolitana ascendió a 6,3 millones de personas, de las cuales el 51,7% eran mujeres y
el 48,3% restante, hombres. Según la estructura demográfica de la PET, el 42,6% está compuesta por jóvenes de entre 14 a 29 años de edad, lo que constituye la base de la pirámide, como se puede ver en el gráfico de la estructura demográfica. Los adultos entre
30 y 59 años conforman el 46,4% de la PET, mientras que las personas de 60 años a más
de edad (adultos mayores) constituyen el 11% de la PET.


Gráfico Nº 1
Lima Metropolitana: Estructura demográfica de la Población en
Edad de Trabajar, 2006

95-más
90-94
85-89
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
19-24
14-18

500 40 0 300 20 0 100 10 0 200 30 0 400 500
PET en m ile s
H o mb res Muje re s


Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

La PET se divide entre la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población
Inactiva, es decir los que participan en el mercado de trabajo (ocupados o desempleados)
y los que se mantienen en condición de inactividad (amas de casa, jubilados, estudiantes, etc).




1 Cabe señalar, que a la fecha aún no se dispone de la base de datos anual de la Encuesta
Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, 2006 del INEI, por lo que no se presenta información a nivel nacional.
2 Se ha fijado un límite de edad a partir del cual las personas pueden participar en el mercado de trabajo. Este límite es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la
educación y las costumbres nacionales. En el caso del Perú la edad límite se ha fijado en 14 años,
lo cual significa que todas las personas que tienen 14 años y más conforman la Población en Edad
de Trabajar (PET). El trabajo infantil, el cual merece una especial atención, se analiza mediante encuestas especializadas. Al final del documento, se presenta un glosario de términos utilizados en temas de empleo.
.

Así, la PET femenina de Lima Metropolitana ascendió a 3,2 millones de personas (ver gráfico Nº 2), mientras que la Población Económicamente Activa (PEA) registró 1,7 millones de mujeres. La PEA representa a la oferta laboral, es decir aquella proporción de
la PET que está trabajando (ocupados) o buscando trabajo (desempleados).


En el 2006, la PEA ocupada femenina de Lima Metropolitana fue de 1,5 millones de mujeres, mientras que la PEA desocupada femenina estuvo compuesta por 195 mil personas.

Gráfico Nº 2
Lima Metropolitana: Distribución de la Población Femenina según Condición de Actividad, 2006


Población en Edad de Trabajar (PET)
(14 años y más)
3 235 331





Población Económicamente Activa (PEA)
1 728 356 (100%)

Inactivos
1 506 975






PEA ocupada
1 533 157 (88,7%)

PEA desocupada
195 199 (11,3%)






Asalariadas
516 069 (29,9%)

No asalariadas
1 017 088 (58,8%)




Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Por otro lado, la Población Inactiva agrupó a 1,5 millones de mujeres, es decir aquellas personas que no participan en el mercado de trabajo, debido a razones de estudio, quehaceres del hogar, enfermedad, jubilación, entre otras. En el 2006, ellas representaron
al 46,6% de la PET femenina de Lima Metropolitana.


Analizando la participación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana,
se puede ver que ésta es menor para ellas en comparación con la de los hombres, ya que
la tasa de actividad masculina fue de 75,4% contra el 53,4% de las mujeres. Estos datos

confirmarían que todavía persisten ciertos roles en las familias, siendo el de la mujer, el cuidado de los hijos y el hogar, mientras que el del hombre, de sustento económico.


La tasa de subempleo en Lima Metropolitana se sitúa en 41,2%, afectando en mayor medida a las mujeres que a los hombres (47,7% y 36,3% respectivamente). El subempleo puede ser desagregado en dos, el subempleo visible o por horas, constituido por los ocupados que trabajan involuntariamente menos de 35 horas a la semana; mientras que
el subempleo invisible o por ingresos está conformado por ocupados que trabajan 35
horas o más a la semana y perciben un ingreso menor al ingreso mínimo referencial.
La tasa de subempleo por ingresos es la que registra una mayor proporción de la oferta laboral, ya que supera en casi cuatro veces al subempleo por horas en la ciudad de Lima Metropolitana, como se puede apreciar en el Cuadro Nº 1.


En el caso de la población adecuadamente empleada, ésta representa al 50% de la PEA, situación que ubica a los hombres en mejor condición que las mujeres, ya que el 56,9%
de hombres se encuentran adecuadamente empleados, frente al 41% de mujeres.


Cuadro Nº 1
Lima Metropolitana: Población y fuerza de trabajo según sexo, 2006 (En porcentajes)

Hombre Mujer Total relativo

Total absoluto


A. Población y fuerza de trabajo
Población en Edad de Trabajar - PET 48.3 51.7 100.0 6,257,927
Población Económicamente Activa - PEA 56.9 43.1 100.0 4,007,555
Ocupados 58.1 41.9 100.0 3,656,660
Subempleados 50.0 50.0 100.0 1,651,127
Por horas 41.4 58.6 100.0 346,264
Por ingresos 52.3 47.7 100.0 1,304,863
Adecuadamente Empleados 64.7 35.3 100.0 2,005,533
Desocupados 44.4 55.6 100.0 350,895
Poblacion Inactiva 33.0 67.0 100.0 2,250,372
B. Indicadores
Tasa actividad (PEA/PET) 75.4 53.4 64.0
Ratio Empleo/Población 70.3 47.4 58.4
Tasa de subempleo 36.3 47.7 41.2

Por horas 6.3 11.7 8.6
Por ingresos 30.0 36.0 32.6
Tasa de adecuadamente empleados 56.9 41.0 50.0
Tasa de desempleo (PEA desocupada / PEA) 6.8 11.3 8.8
Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Sin embargo, es importante agregar que la participación de la mujer en el mercado laboral
ha venido aumentando a través del tiempo. Así, si en los años setenta la tasa de participación de la mujer en Lima Metropolitana era aproximadamente de 34%, es decir,

de cada diez mujeres, sólo tres participaban en el mercado de trabajo; en los ochenta lo hacían cuatro de cada diez mujeres; y en los noventa, cinco de cada diez, llegando en el
2006 al 53,4% (ver Gráfico Nº 3).


La decisión de participación de una mujer en el mercado laboral depende de muchos factores, a diferencia de los hombres, ya que en ella afectan el número de hijos, la educación, estado civil, el cuidado del hogar, el nivel de ingresos en la familia, la ayuda doméstica a la que puedan tener acceso, así como cuestiones culturales, como los papeles o roles que desempeñan hombres y mujeres en la sociedad. Además, el período
de permanencia en el mercado laboral en las mujeres presenta mayores interrupciones que en los hombres, principalmente por el período de embarazo o maternidad, que la aleja por un tiempo del mercado laboral.



Gráfico Nº 3
Lima Metropolitana: Tasa de participación femenina, 1970-2006


60




50




40




30
1970 1978 1984 1990 1996 2006
Tasa de participación femenina Tendencia

Fuente: MTPE - Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, III Trimestre 1970 - 2005. MTPE - Encuesta Nacional de Hogares 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Las políticas de empleo para las mujeres debieran incluir estas características. Medidas como la existencia de una mayor cantidad de salas cunas, así como empleos a jornada parcial ayudarían a mejorar el empleo de las mujeres, así como aumentar su participación
en el mercado laboral.


La situación económica también influye en la decisión de la mujer de participar en el mercado laboral. En los ciclos expansivos de la economía existe una mayor probabilidad
de encontrar trabajo, mientras que en los períodos de recesión es más difícil, ya que las familias tienen que buscar ingresos, por lo que la mayoría de los miembros de la familia

ingresa al mercado de trabajo, en donde los empleos formales son escasos, por lo que la mujer encuentra empleos predominantemente en el sector informal.


Sin embargo, el desarrollo de la tecnología viene influyendo en las actividades productivas
en general, ocasionando un desajuste entre la calificación de una persona y las cambiantes necesidades del mundo productivo, por lo que la formación profesional se convierte en un instrumento fundamental para aumentar la empleabilidad de la mano de obra y mejorar las condiciones laborales. Es decir, si una persona no está capacitada para
el trabajo productivo no puede acceder a empleos de calidad y se insertará en trabajos de baja calificación o en la informalidad.



Gráfico Nº 4
Lima Metropolitana: Tasa de participación femenina según rango de edades,
2004-2006



75



55



35



15
14-29 30-45 46-55 56 a más
2004 2005 2006


Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2004-2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Analizando la tasa de participación femenina por rangos de edad, se puede ver que las mujeres entre los 30 y 45 años de edad son las que presentan la mayor tasa de participación, que se explica por encontrarse en la etapa de mayor productividad y experiencia. Las mujeres jóvenes (14 a 29 años) presentan una tasa de participación laboral de 48,4% explicado por encontrarse en etapa de formación educativa y profesional, mientras que las más viejas (de 56 años a más) presentan la menor tasa de participación por empezar la etapa de retiro y jubilación.

2. Características de las mujeres ocupadas de Lima Metropolitana


2.1. El empleo femenino según estructura de mercado


En el año 2006, la distribución de la PEA Ocupada femenina de Lima Metropolitana muestra que el 41,4% laboraban en el sector privado3 , principalmente en la micro empresa (16,1%), y el 32,3% como independientes (siendo en su mayoría no profesionales). Las trabajadoras del hogar constituían el 11,8%, mientras que las trabajadoras familiares no remuneradas (TFNR) el 6,1%. El sector público concentraba al
8,3% de las ocupadas.


Gráfico Nº 5
Lima Metropolitana: PEA Ocupada femenina según estructura de mercado,
1996-2006 (En porcentajes)


100%
90%


10.8 12.6 12.5 12.9 13.5 11.8


80%
70%

7 7.2 8.4 7

7.4

6.1


60%
50%

38.8 34.2 36.8 37.3 34.6 32.3

40%
30%
20%
10%
0%


9.2

25

9.1

1996

13.4


28.0

8.3

2006


Sector público MYPE Mediana y gran empresa Independientes T.F.N.R Resto


Notas:
1/ Resto: Incluye a las trabajadoras del hogar y otros
2/ El tamaño de empresa se define por el volumen de trabajadores; así la microempresa está conformada por unidades empresariales que tienen 2 a 9 trabajadores, la pequeña empresa se sitúa en el rango de 10 a 49 trabajadores y la mediana y grande de 50 trabajadores a más. Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2004-2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Estos datos permiten afirmar que más del 60% del empleo de las mujeres en la capital peruana es mayormente informal, por el trabajo en actividades independientes no profesionales, el predominio de empleo en microempresas, el trabajo doméstico y las actividades no remuneradas.

Sin embargo, a pesar de que las trabajadoras independientes representan una parte importante de la PEA ocupada, debe tenerse en cuenta que la participación de estas

3 16,1% en la microempresa, 11,9% en la pequeña empresa y 13,4% en la mediana y gran empresa.

mujeres en el mercado laboral presenta un tendencia decreciente a partir del año 2000.
En cambio, las micro y pequeñas empresas (MYPE) muestran una tendencia creciente desde el 2002, motivo por el cual en la actualidad se considera como uno de los principales motores de desarrollo de la economía peruana.


Los mayores ingresos laborales promedio son percibidos por las mujeres ocupadas en la mediana y gran empresa (S/. 1 640), así como en el sector público (S/. 1 318), mientras que los menores se dan en las trabajadoras del hogar y las independientes no profesionales, con ingresos inferiores a la remuneración mínima vital, la cual asciende a S/.500 (véase anexo Nº 1).


En relación a las horas de trabajo, se puede observar que, el grupo de mujeres que laboran en la microempresa trabajan en promedio más horas a la semana, seguido de las trabajadoras del hogar. Finalmente, las que trabajan menos horas son las independientes profesionales, quienes solo representan el 1,9% del total de ocupadas.


En cuanto a una de las particularidades de la calidad del empleo se encontró que las TFNR, las trabajadoras de las microempresas y las independientes son las que registran mayores tasas de subempleo (74,7%, 65,1% y 62,9% respectivamente). En todos los casos, el subempleo por ingresos resulta ser superior al subempleo por horas.


2.2. La Informalidad del empleo


Definir el empleo informal es difícil debido a la complejidad y heterogeneidad que presenta. Una aproximación a la definición de informalidad del empleo consiste, en analizar la situación de los trabajadores en el desarrollo de su actividad, y de esta manera determinar las personas que están en una situación informal. Según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, forman parte del sector informal: los trabajadores de la microempresas, los independientes no calificados, los trabajadores familiares no remunerados (TFNR), y los trabajadores del hogar, por la baja productividad de las actividades que realizan, así como por la ausencia de protección social, que las ubica en una situación precaria.


En base a esta información se ha agrupado a la PEA Ocupada de Lima Metropolitana según condición de informalidad y muestra que el mercado laboral limeño presenta un elevado índice de informalidad; así, más de la mitad de los trabajadores son informales, eso es, aproximadamente 6 de cada 10 ocupados. Comparando con años anteriores se puede ver que los años 1997 y 2000 presentaron los mayores niveles de informalidad (por arriba del 60%) el cual se ha venido reduciendo lentamente, situándose en el 2006 en el
58,8%, siendo el nivel actual todavía alto.

El impacto del sector informal sobre el desempeño de la economía en un determinado país depende en gran medida de las leyes vigentes. De Soto (1986), basa su análisis del sector informal en el Perú sobre la idea que la excesiva regulación, los altos impuestos y
la limitada capacidad de monitoreo estatal encarecen los costos de la legalidad, de esa manera muchos de los individuos se ven forzados a recurrir al sector informal como una opción de última instancia. Igualmente, se cree que los resultados macroeconómicos constituyen una causa del aumento de las actividades informales, es decir, ante la ausencia de crecimiento económico acompañada de una creciente oferta laboral, tiende a aumentar la participación de los trabajadores dedicados a las actividades informales4.


Gráfico Nº 6
Lima Metropolitana: PEA Ocupada por condición de informalidad,
1987-2006


2006

2000

1998

1996

1994

1992

1990

1987

30% 40% 50% 60% 70%
Informal Formal

Fuente: MTPE. Encuesta de Niveles de Empleo, 1986-1995. Convenio MTPE-INEI. Encuesta
Nacional de Hogares, III trimestre 1996-2001. MTPE. Encuesta de Hogares, Especializada de
Niveles de Empleo, 2002-2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Generalmente, se relaciona el empleo informal a la ausencia de protección social, bajos niveles de productividad e ingresos, con predominio de mano de obra no calificada, y con limitadas perspectivas de progreso laboral en el futuro.


Esto se corrobora con el grado de protección social de los trabajadores del sector informal, en donde sólo el 5% de ellos cuenta con un seguro de salud y 8,2% se encuentra afiliado a un sistema de pensiones, a diferencia de los trabajadores del sector
formal, quienes más del 50% cuentan con estos beneficios laborales (ver gráfico Nº 7)


4 Consulte Freije, S. (2001). “El empleo informal en América latina y el Caribe: causas, consecuencias y recomendaciones de política”. Instituto de estudios superiores de administración (IESA).


Gráfico Nº 7
Lima Metropolitana: Protección social según informalidad del empleo, 2006 (en porcentajes)



70

60

50

40

30

20
5.0
10

0









8.2

58.8 61.3






27.2






30.1

Inf ormal Formal Total


Salud Pens ión

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



En el caso de las mujeres existen algunas variables que influyen en la posibilidad de trabajar en el sector informal, como la composición de las unidades familiares y el número
de hijos que tienen. Para ellas, la informalidad es una alternativa de trabajo que es de fácil acceso, debido a la flexibilización de las horas de trabajo. Así, disponen de más tiempo, que pueden distribuirlo entre las actividades laborales y las domésticas. Generalmente formulan estrategias familiares5 que involucra división de trabajo y delegación de responsabilidades en donde participan la mayoría de integrantes del hogar.


2.3. Las mujeres ocupadas según sector económico


El empleo de las mujeres por rama de actividad económica ha mantenido un comportamiento estable a lo largo de los últimos 10 años. Así, tenemos que en el 2006,
los sectores de mayor generación de empleo femenino continúan siendo: servicios (50,5%) y comercio (35,2%). Mientras que los sectores que concentran una menor cantidad del empleo femenino son: industria (13,2%), extractivas y construcción (en
conjunto, éstas dos últimas agrupan el 1,1% del empleo femenino6 (Ver Gráfico Nº 8).




5 Para Orsatti y Calle (2004) en el documento “Situación de los trabajadores de la economía informal en el Cono Sur y el Área Andina”, se entiende a estrategias familiares como el conjunto de comportamientos a través de los cuales aseguran su reproducción biológica y optimizan sus
condiciones de existencia.
6 La participación de la mujer en los sectores construcción y extractivo, es muy ínfima por eso no
se consideró en el gráfico Nº 5.

El sector comercio y el sector servicios7 son los principales generadores de empleo en la economía peruana. Como observamos la situación de la mujer empleada por actividad económica no parece haber cambiado sustancialmente desde 1996 hasta el 2006. Sin embargo, en los últimos años, a partir del 2000, se observa ligera disminución de las mujeres que se dedican a trabajar en el sector servicios, en tanto que el número de mujeres que trabajan en el comercio parecen no haber variado mucho en estos últimos años8 .



Gráfico Nº 8
Lima Metropolitana: PEA Ocupada femenina según actividad económica
1996-2006 (En porcentajes)



100%



80%

50.9


53.9

50.8

52.5


52.8

50.5



60%



40%


35.1


34.3


35.3


34.7


35.6


35.2


20%


0%



12.8



10.9



12.9



11.9



11.0



13.2

1996 1998 2000 2002 2004 2006



Notas:


Industria Comercio Servicios

1/ Los sectores construcción y extractivo no son significativas por presentar bajos de niveles de participación.
2/ El sector servicios incluye a los hogares.
Fuente: Convenio MTPE - INEI, ENAHO III T 1996 - 2001. MPTE, Encuesta de hogares Especializada en niveles de empleo 2002-2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



2.4. Los ingresos de las mujeres ocupadas


En la actualidad, la variación del ingreso real de las mujeres de Lima Metropolitana desde
1996 hasta el 2006 es de 7,5%, y de los hombres es de 10,3%. Es decir, el incremento del



7 En el año 2006, el sector servicios agrupó al 39,3% de las mujeres ocupadas y hogares al 11,2%
en Lima Metropolitana.
8 Se ha logrado identificar las principales ocupaciones de las mujeres en el sector servicio y comercio. En servicio, encontramos a mujeres que se desempeñan como meseras, recepcionistas,
cajeras, y profesoras en los servicios de enseñanza; y como personal doméstico en el caso de los
hogares. En comercio, destacan las vendedoras al por mayor y al por menor, así como las vendedoras ambulantes.

ingreso real ha sido mayor en el hombre que en la mujer, persistiendo así las diferencias salariales, la cual sigue siendo muy marcada, ya que en el 2006 las mujeres percibieron
en términos reales en promedio el 66% del ingreso de los hombres, es decir S/. 722 frente
a los S/. 1 089 (Cuadro Nº 2).


Cuadro Nº 2
Lima Metropolitana: Ingreso promedio laboral mensual por sexo, 1996-
2006 (En valores reales del 2001) 1/

Sexo 1996 2006
Ingreso
promedio real Brecha Ingreso
promedio real Brecha

Hombre
Mujer
988 100.0
671 67.9
1089 100.0
722 66.3
Total 862 938
1/ En nuevos soles
Fuente: Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996. MTPE, Encuesta de
Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

En base a esta clasificación se presentan los ingresos promedio por sexo, y se puede ver que el ingreso promedio de las mujeres es menor al de los hombres.

Gráfico Nº 9
Lima Metropolitana: Ingreso laboral mensual promedio según segmento de mercado1/, 2006 (en nuevos soles)


2000

1500

1000

500






517





806



1,264


1,669



0
Sector inform al Sector form al

Mujer Hombre

1/ El sector informal está conformado por los trabajadores de las microempresas, los independientes
no calificados, los TFNR y los trabajadores del hogar; mientras que el sector formal por los trabajadores de la pequeña, mediana y gran empresa, los independientes profesionales y el sector público.
Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2004-2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Sin embargo, la brecha diferencial es menor en el sector informal que en el formal, registrando en el sector formal, ingresos promedios de S/. 1 669 y S/. 1 264 para hombres

y mujeres respectivamente, mientras que en el sector informal los ingresos de los hombres fueron de S/. 806 y de las mujeres S/. 517.



RECUADRO 1

LA BRECHA SALARIAL FORMAL-INFORMAL

Freije, Samuel (2001) en el documento “El empleo informal en América latina y el Caribe: causas,
consecuencias y recomendaciones de política” considera que:

Los diferenciales salariales se deben a la segmentación del mercado laboral, los empleos formales están protegidos por la legislación, además se caracterizan por tener ingresos elevados
y restricciones a la entrada. En consecuencia, personas con características laborales similares ganan distintos ingresos dependiendo del sector en el que trabajen.






2.5. El nivel educativo de las mujeres ocupadas


La educación es un medio de movilidad social, de disminución de la pobreza, y de desarrollo del capital humano, al incrementar las posibilidades de participar en el mercado laboral y de obtener un trabajo digno. Las naciones más desarrolladas han logrado su crecimiento en base a la inversión en capital humano.


Los resultados para Lima Metropolitana confirman que a mayor nivel de preparación y estudios, los niveles de ingresos aumentan, pero siempre la brecha de ingresos es favorable para los hombres, siendo en el nivel universitario el de mayor diferencia, como
se puede ver en el siguiente cuadro. Además, es importante notar que para el año 2006,
la proporción de mujeres y hombres ocupados del nivel educativo superior universitario completo es similar, siendo aún mayor en las mujeres del nivel no universitario.

En general, la PEA Ocupada de Lima Metropolitana cuenta mayoritariamente con nivel educativo secundario completo, con ingresos promedios de S/. 938 en hombres y S/. 603
en las mujeres, quienes se ocuparían sobretodo en actividades de baja calificación y productividad.

Cuadro Nº 3
Lima Metropolitana: PEA Ocupada según nivel educativo alcanzado1/ e ingreso laboral promedio2/, 2006
Nivel educativo alcanzado Distribución de la PEA Ocupada Ingreso laboral promedio (en nuevos S/.)
Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total

Sin nivel
Primaria
Secundaria
Superior no Universitaria
Superior Universitaria
3.0 6.0 4.3
18.1 19.2 18.6
53.6 47.4 51.0
11.4 13.4 12.2
13.9 14.0 13.9
765 376 541
655 474 579
938 603 811
1,312 1,011 1,174
2,908 1,802 2,446
Total 100.0 100.0 100.0 1,207 799 1,040
1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria y universitaria completa.
2/ En el cálculo del ingreso laboral se excluye a los trabajadores familiares no remunerados (TFNR) Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Es importante notar que en la actualidad las mujeres ocupadas son más educadas que hace 10 años atrás (año 1996), como se puede ver en el gráfico Nº 10, al aumentar el porcentaje de ellas que cuentan con nivel educativo secundaria y superior completo, y disminuyendo las de sin nivel y primaria.

Gráfico Nº 10
Lima Metropolitana: PEA Ocupada según nivel educativo alcanzado1/,
1996-2006 (en porcentajes)



50
45
40
35
30
25
20
15 6.0
10
5
0









13.2







19.2





26.1

47.4


38.4








13.4 11.9 14.0 10.3

Sin nivel Primaria Secundaria Superior no
universitaria

Año 2006 Año 1996

Superior
universitaria



1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria
completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria y universitaria
completa.
Fuente: Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996. MTPE, Encuesta de
Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

3. Características de las mujeres desocupadas de Lima Metropolitana


De acuerdo a la Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo del MTPE, la tasa de desempleo registrada en la ciudad de Lima Metropolitana fue de 8,8% en el año
2006, eso es, 350 895 personas desocupadas, de las cuales más de la mitad fueron mujeres (55,6%). Hace 10 años, la tasa de desempleo en Lima Metropolitana se encontraba en un nivel relativamente más bajo (7,2%), donde el 49% de los desocupados eran mujeres.


La mujer sigue teniendo una mayor tasa de desempleo que el hombre, así mientras la tasa de desempleo del hombre se sitúa por debajo del 7% entre 1996 y 2006, la de la mujer ha experimentado un incremento en estos 10 años, situándose en 11,3% para el
2006. Estos resultados confirman que las mujeres tienen mayores probabilidades de estar desempleadas a comparación de los hombres.


Cuadro Nº 4
Lima Metropolitana: Tasas de desempleo, 1996-2006
1996 2006
Desocupados 215,459 350,895
% Mujeres 49.0 55.6
Tasa de desempleo 7.2 8.8
Por sexo
Hombre 6.2 6.8
Mujer 8.5 11.3
Fuente: Convenio MTPE-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, 1996; MTPE, Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Es importante conocer el perfil de las mujeres desempleadas de Lima Metropolitana, para que se puedan proponer políticas de apoyo a su inserción laboral. Se presentan las características de estas mujeres comparando los resultados de las encuestas de los años
1996 y 2006, para evaluar la evolución de este grupo.


Como se puede ver en el cuadro Nº 5, las mujeres desocupadas continúan siendo en su gran mayoría jóvenes, aunque en menor proporción que en 1996, ya que en el 2006, el
56,3% de ellas se encontraban en el rango de 14 a 29 años de edad (en el año 1996, eran
63,8% en este mismo rango de edad).


Con respecto al nivel educativo alcanzado, más de la mitad (53,5%) cuentan con nivel educativo secundaria completa, pero hay que recalcar que para el año 2006, hay mayor proporción de desocupadas con nivel educativo superior completo a comparación del año
1996 (24,7% contra 19,5%), lo que demuestra la falta de conexión entre la formación recibida y las necesidades del aparato productivo, a la vez del aumento y dudosa calidad

de los institutos y universidades en lo referente a la educación y formación ofrecida a las personas, para acceder a un puesto de trabajo9. Además, hay que recalcar que es menor
la proporción de desocupadas con nivel educativo sin instrucción y primaria completa, comparando los dos años, lo que corrobora el mayor acceso a la educación de las mujeres. En conclusión, las mujeres desocupadas hoy en día son más educadas que hace diez años atrás.


Cuadro Nº 5
Lima Metropolitana: Características del desempleo en las mujeres, 1996-2006 (En porcentajes)
1996 2006
Total desocupadas 105,554 195,199
Rango de edad
14 a 24 años 50.3 37.2
25 a 29 años 13.5 19.1
30 a 44 años 24.3 33.9
45 a más 12.0 9.8
Por nivel educativo 1/
Sin instrucción 7.0 3.6
Primaria 20.4 18.2
Secundaria 53.1 53.5
Superior 19.5 24.7
Estado civil
Casada/conviviente 30.8 41.5
Soltera/viuda 63.1 49.0
Separada/divorciada 6.1 9.5
Tipo de desempleo
Cesantes 85.1 84.8
Aspirantes 14.9 15.2
Duración del desempleo
Hasta 2 semanas 47.2 41.7
Más 2 a 4 semanas 19.5 25.3
Más 4 a 8 semanas 12.5 16.7
Más de 8 semanas 20.8 16.2
Promedio semanas 8.5 7.4
1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y
superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria
y universitaria completa.
Fuente: Convenio MTPE-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, 1996; MTPE, Encuesta
Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Es importante mencionar que la gran mayoría de estas mujeres desempleadas ya han tenido una experiencia laboral previa, dado que el 84,8% son desempleadas “cesantes”

9 Para el año 2006, había en todo el país un total de 91 universidades (según la Asamblea
Nacional de Rectores, Dirección de Estadística. Tips al 31 de diciembre de 2006). Mientras que el Ministerio de Educación reportó 1 062 institutos superiores a nivel nacional, en el 2005. (Estadística Básica 1998-2005).

contra el 15,2% de “aspirantes”, es decir, de aquellas que buscan trabajo por primera vez. Además, existe una baja duración del desempleo, dado que ésta es mayormente de hasta cuatro semanas para las mujeres. Estas características reflejan la alta movilidad y rotación laboral del mercado de trabajo de la capital, y en este caso, para las mujeres no
es la excepción.


Se puede concluir, que para el año 2006, la gran mayoría de mujeres desocupadas eran jóvenes de entre 14 a 29 años de edad (56,3%), por lo que se analiza a este grupo.


3.1. Las Jóvenes desocupadas


El total de mujeres jóvenes desocupadas en Lima Metropolitana ascendió a 109 977 en el año 2006. El 66% de ellas se encontraba en el rango de 14 a 24 años, y el resto (34%),
en el de 25 a 29 años de edad.


Analizando el nivel educativo de las jóvenes desocupadas, se encuentra que la gran mayoría cuenta con secundaria completa, siendo el 67,9% de mujeres comprendidas en
el rango de 14 a 24 años de edad y el 49,2% de 25 a 29, a pesar que en promedio una persona está terminando la educación secundaria entre los 16 y 18 años de edad.



Gráfico Nº 11
Lima Metropolitana: Distribución de las mujeres jóvenes desocupadas por nivel educativo alcanzado y rango de edad, 2006 (en porcentajes)


70
60
50
40 23.3
30
20
10
0








7.3

67.9

49.2








6.5






22.0









2.3






21.5

Hasta primaria
1/

Secundaria Superior No
Universitaria

Superior
Universitaria



De 14 a 24 años De 25 a 29 años

1/ Incluye los de sin nivel, primaria incompleta, primaria completa y secundaria incompleta.
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Además, hay que notar la existencia de mujeres jóvenes con bajos niveles de educación
(hasta primaria), las cuales serían las de mayor desventaja por la baja calificación que

poseen para acceder a un puesto de trabajo. Sin embargo, hay que recalcar la proporción
de mujeres desocupadas con niveles superiores universitario y no universitario, sobretodo
en el rango de entre 25 a 29 años de edad (por encima del 20%). Estos resultados dan luces acerca de la calidad de estos centros educativos superiores que supuestamente, forman para el futuro laboral de las personas. Medidas de evaluación de la calidad de la enseñanza, así como información acerca de las ocupaciones que requiere el aparato productivo son importantes para lograr el nexo entre el mercado laboral y el formativo (o educativo).


Comparando con los hombres, se puede notar que hay un 8,8% de mujeres jóvenes desocupadas con nivel educativo superior universitario completo contra un 3,7% de hombres con este mismo nivel educativo, mientras que en el superior no universitario los resultados están casi parejos para ambos sexos, lo que corrobora que las mujeres están accediendo cada vez más a la educación superior pero la calidad de ésta es la que requiere una reforma y evaluación.


Pero en general, el grueso de jóvenes desocupados cuentan con secundaria completa
(58,4% en el caso de hombres y 61,6% en las mujeres) (véase gráfico Nº 12).



Gráfico Nº 12
Lima Metropolitana: Distribución de los jóvenes desocupados por sexo y nivel educativo alcanzado, 2006 (en porcentajes)



70

60

50

40
24.4
30

20

10

0








17.9

58.4 61.6








13.5









11.8










3.7









8.8

Hasta primaria
1/

Secundaria Superior No
Universitaria

Superior
Universitaria



Hombre Mujer

1/ Incluye los de sin nivel, primaria incompleta, primaria completa y secundaria incompleta.
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



RECUADRO 2

TRABAJO ANTERIOR DE LAS MUJERES JÓVENES DESOCUPADAS

Es importante conocer, ¿cuántas de las mujeres jóvenes desocupadas han trabajado anteriormente?. Los
resultados indican que el 22% de ellas nunca trabajó, y el 78% si trabajó anteriormente.


¿Ha trabajado ante s ?


No; 22


Las que si han trabajado, se han desempeñado como trabajadoras del hogar, comerciantes, meseras, recepcionistas, vendedores, entre otras ocupaciones.



Si; 78








Con respecto a las formas de buscar trabajo de las mujeres

¿Cóm o bus ca trabajo?


Empleador;
Otro; 5.0



Agencia /

jóvenes desocupadas, la gran
mayoría lo hace a través de avisos que lee y consultando a sus amigos y parientes. El uso del internet es todavía poco frecuente, así como las agencias y bolsas de empleo.

Internet; 5.0





Avisos; 36.2

12.1

bolsa de
empleo; 9.4





Amigos /
parientes;
32.4






4. Características de las mujeres Inactivas de Lima Metropolitana


Los inactivos son todas aquellas personas que no participan en el mercado de trabajo por varias razones. En el 2006, el 36% de la PET de Lima Metropolitana se encontraba inactiva, es decir alrededor de 2,2 millones de personas, siendo en su gran mayoría mujeres10.


• Razones de inactividad


En el 2006, el 46,6% de la PET femenina de Lima Metropolitana pertenece al grupo de
Inactivas, siendo las razones de esta situación, mayormente el hecho que se dedican a
los quehaceres del hogar (30,8%) y por su edad o falta de experiencia (21%). También


10 De toda la población inactiva de Lima Metropolitana, el 67% estaba compuesta por mujeres y el resto, por hombres (33%).

refieren el hecho de que no hay trabajo o se han cansado de buscarlo como un motivo de encontrarse inactivas, así como el hecho de encontrarse estudiando (10,1%), y hasta por cuestiones de salud (ver gráfico Nº 13).

Gráfico Nº 13
Lima Metropolitana: Razones de inactividad femenina, 2006 (En porcentajes)








Salud; 8.3


Otros ; 13.7

Quehaceres
del hogar;
30.8






No hay trabajo;
16.2




Edad/falta experiencia;
21.0


Es tudios ; 10.1




1/ Otros incluye a la falta de capital para iniciar un negocio
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Por rangos de edad, la mayor inactividad se da generalmente en las mujeres jóvenes de
14-29 años, seguida de las mujeres mayores de 56 años a más (23,1%). En el caso de las jóvenes, el 48% se encuentran estudiando o dedicadas a los quehaceres del hogar (24%
en cada caso), mientras que las mayores por su edad, ya no participan del mercado laboral (43%).

Cuadro Nº 6
Lima Metropolitana: Mujeres inactivas por rango de edad, 2006
Rango de edad Absoluto En %
14 - 29 años 711,059 47.2
30 - 45 años 297,287 19.7
46 - 55 años 150,271 10.0
56 años a más 348,357 23.1
Total 1,506,974 100.0
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

5. Mujeres jefes de hogar


Tradicionalmente, el hombre se consideraba como jefe de hogar11 , quien era el responsable de abastecer y proporcionar los ingresos para el mantenimiento del hogar, y
la mujer tenía el papel de cuidadora de los hijos, con las labores domésticas que ello conlleva. Sin embargo, hoy en día, el mayor número de separaciones y divorcios de las parejas trae consigo que la mujer asuma el papel de proveedora del hogar, ante la ausencia o abandono del padre, además de la existencia de madres solteras.


Así, el número de hogares cuyos jefes de hogar son mujeres es considerable, y en Lima Metropolitana, este número llega a 427 mil, que representan el 21,5% del número de hogares mantenidos por un jefe de hogar (Ver cuadro Nº 7). Generalmente, las mujeres jefes de hogar tienen muchas dificultades, sobretodo, de carácter económico y social.


Cuadro Nº 7
Lima Metropolitana: Jefes de hogar por sexo, 2006
Sexo Absoluto En %
Hombre 1,564,005 78.6
Mujer 427,002 21.4
Total 1,991,007 100.0
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Aún no se ve reflejado en los hogares una distribución más equitativa de las tareas domésticas y laborales en ambos sexos. Diversos estudios señalan la importancia de abordar el análisis de los hogares partiendo de las características socioeconómicas del jefe de hogar, ya que somos lo que nuestro hogar es, y muchas veces nos vemos reflejados en el comportamiento del jefe de hogar. Por ello, es importante analizar el caso
de los hogares con jefatura femenina, y conocer algunas de sus características y condiciones de vida.


En el 2006, cerca de la mitad de las mujeres jefas de hogar de Lima Metropolitana son viudas y solteras (49%), y poco más de la tercera parte son separadas o divorciadas (37,1%), lo que nos indicaría que la ausencia del padre en el hogar es uno de los factores que originan la jefatura de la mujer en el hogar. Por otro lado, un 9,3% son casadas y el resto son convivientes (4,7%). En el caso de los hombres jefes de hogar, la situación es
diferente, ya que casi el 85% son casados/convivientes (véase cuadro Nº 8).




11 Se reconoce como jefe de hogar a aquella persona que es aceptada como tal por todos los integrantes del hogar, y que radica en un hogar de manera habitual. INEI (2005). “Comas: perfil sociodemográfico de las poblaciones en riesgo”.

Cuadro Nº 8
Lima Metropolitana: Jefes de hogar por estado civil según sexo, 2006 (En porcentajes)


Estado civil

Sexo
Hombre Mujer


Total

Conviviente 34.2 4.7 27.9
Casado(a) 50.1 9.3 41.3
Viudo(a) 3.2 23.8 7.6
Divorciado(a) / Separado(a) 4.3 37.1 11.3
Soltero(a) 8.2 25.2 11.9

Total 100.0 100.0 100.0
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


La mayoría de las mujeres jefas de hogar son adultas, 35% de ellas se encuentran en el rango de 55 años a más, 32% en el de 30 a 44 años, y el 21% de 45 a 54 años de edad.
El resto (12%) son jóvenes.


Dada la falta de ingresos de estas mujeres jefas de hogar, el 45,9% de ellas trabajan por
su cuenta como independientes, probablemente en actividades de baja calificación, y el
12,4% se emplea como trabajadora del hogar. También hay un importante porcentaje de mujeres jefas de hogar que son asalariadas (35,5%). En el caso de los hombres jefes de hogar, más de la mitad son asalariados (56,1%) y la tercera parte obtiene su ingreso de forma independiente (34,9%).


Cuadro Nº 9
Lima Metropolitana: Jefes de hogar según categoría ocupacional, 2006 (En porcentajes)


Categoría ocupacional


Sexo

Hombre Mujer


Asalariados
56.1
35.5
Empleador 7.3 5.2
Independiente 34.9 45.9
TFNR 1.1 1.1
Otros /1. 0.7 12.4

Total 100.0 100.0
Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)
1/. Incluye mayormente trabajadores del hogar y practicantes.



El nivel educativo de las mujeres jefas de hogar se concentran en los niveles de secundaria y primaria completa (36,1% y 26,5% respectivamente), lo que corrobora que
se dedican mayormente a actividades de baja productividad, como independientes.

Asimismo, el 24% de estas mujeres cuentan con estudios superiores concluidos (universitarios y no universitarios). Hay que recalcar que al ser las mujeres las que sostienen el hogar, son más vulnerables a cualquier cambio coyuntural de la economía.


Cuadro Nº 10
Lima Metropolitana: Mujeres jefes de hogar según nivel educativo alcanzado,
2006

Nivel educativo alcanzado Cifras absolutas En %


Sin nivel
57,568
13.5
Primaria 113,292 26.5
Secundaria 154,291 36.1
Superior No Universitaria 44,278 10.4
Superior Universitaria 57,572 13.5

Total
427,002
100.0
Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Era de esperarse que con estas características del empleo de las mujeres jefas de hogar, exista una importante brecha en el nivel de ingresos con sus pares hombres, ya que el nivel de ingresos promedios mensuales son mayores para los jefes hombres que para las mujeres.


Gráfico Nº 15
Lima Metropolitana: Ingreso promedio mensual1/ de los jefes de hogar, 2006 (en nuevos S/.)




1400

1200

1000

800

600

400

200

0

1,382





877


1,300

Jefe de hogar
hombre

Jefe de hogar mujer Total



1/ No incluye a los TFNR
Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

6. Diferenciales de ingreso por género


Las diferencias entre los ingresos laborales promedio de varones y mujeres ha dado origen a numerosas investigaciones que concluyen que los hombres están mejor remunerados que la mujeres. Por eso, con la finalidad de estimar la diferencia del ingreso laboral se utilizará el modelo clásico de la ecuación de ingreso del tipo Mincer12 :


Y = a + d D + b X + e …………….. (1)


donde Y es el logaritmo natural de los ingresos por hora, D es una variable ficticia que toma el valor 1 para el caso de las mujeres y 0 en el caso de hombres, X es un vector de atributos individuales que involucra dummies acumulativas para educación, sexo, experiencia laboral, condición de migración, ocupación independiente y jefe de hogar.


Así, de las estimaciones realizadas para Lima Metropolitana, se puede notar que la brecha se venía reduciendo hasta el año 2003; sin embargo en los últimos dos años, esta brecha ha aumentado, por lo que en el año 2006, las mujeres en la ciudad de Lima ganaron 16% menos que los hombres (ver Gráfico Nº 16).



Gráfico Nº 16
Lima Metropolitana: Diferencial de ingresos por género, 1987-2006 (en porcentajes)


120

100


100 100 100 100 100 100 100


74,3
80


76,7

79,3

82,0

90,0

88,0

84,0


60

40

20

0
1987 1994 1996 2001 2003 2005 2006

Hombre Mujer


Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Encuesta de Niveles de Empleo, 1990-
1995. Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III Trimestre 1996-2001 MTPE. Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo, 2002 – 2006.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



12 Mincer, Jacob (1974). Schooling, Experience and Earnings. New York. National Bureau of
Economic Research - NBER.


Sería interesante conocer a qué se deben esta diferencia de ingresos. ¿Se podría pensar
que las características individuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes que podrían merecer una diferencia de ingresos?, o ¿es qué hay otros factores que explicarían este diferencial?. Para evaluar este diferencial de ingresos, se realizó una descomposición de la brecha por medio de la metodología de Oaxaca (1993)13 .


La diferencia de ingresos por género se conforma de dos partes: una explicativa y otra no explicativa. La primera indica la presencia de factores individuales que son observables, mientras que a la segunda se le atribuye la discriminación y/o la ausencia de movilidad en
las mujeres en distintos tipos de trabajo. Esta descomposición consiste en realizar regresiones separadas para hombres y mujeres de la forma que sigue:


_  _
= 
_  _
=  H ……………….. (2)


Luego de operar se puede llegar a lo siguiente:


_ _  _ _ _  

- Y =  (X

- X ) +X

( - M) ………..(3)




Así el diferencial de ingresos entre hombres y mujeres tiene dos componentes. La primera
parte del lado derecho de la ecuación (3) representa las diferencias generadas por los atributos individuales observables, mientras que la segunda parte constituye aquella parte
de la brecha que no es justificada y es potencialmente indicativa de discriminación laboral


Los resultados indican que el 16% de diferencial de ingresos por género para el año 2006
en Lima Metropolitana se explican mayormente por factores discriminatorios (76,3%), mientras que el restante 23,8% por las características individuales de los hombres y
mujeres (Véase Gráfico Nº 17).










13 Oaxaca, R.(1993). “ Male – Female Wage Differentials in Urban Labor Markets”, en International
Economic Review, Vol. 14, Nº 1, pp. 693 – 709.

Gráfico Nº 17
Lima Metropolitana: Componentes del diferencial de ingresos entre hombres
y mujeres, 2006


18%
16%
14%
12%
10%
8%
6%
4%
2%
0%

16%








3.8%



12.2%

Diferencial de ingres os Por caracterís ticas individuales

Por dis crim inación


Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Comparando estos resultados con los de años anteriores (2003 y 2005), se puede ver que
el diferencial de ingresos explicado por el componente discriminatorio o por razones no justificadas ha venido aumentando, mientras que el componente de características personales no ha variado mucho. Con esto, se demuestra que la brecha de ingresos por género es fundamentalmente originado por el componente discriminatorio.


Cuadro Nº 11
Lima Metropolitana: Componentes del diferencial de ingresos por género, 2003-2006 (en porcentajes)


Años Brecha total Por discriminación

Por características


2006 16.0 12.2 3.8
2005 12.0 8.4 3.6
2003 10.0 6.2 3.8

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)


Como observamos el componente de discriminación es el que produce la mayor brecha
de ingresos laborales, pero ¿Pero a qué se debe la discriminación?


Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la discriminación implica un trato diferente basado en características individuales como raza, sexo, religión y discapacidad y
no en méritos alcanzados por las personas, lo que genera desventaja y desigualdad. Diversos investigadores han tratado de determinar el origen de la discriminación. Becker (1971) sostiene que la discriminación de las mujeres se da principalmente en mercado de competencia imperfecta. También, Becker (1995) desarrolla un modelo en el cual se

determina que la discriminación es producto del menor esfuerzo que las mujeres realizan como consecuencia de su rol en el hogar. Blau (1972) por ejemplo encuentra que los bajos salarios son determinados por la discontinuidad de la participación femenina en el
mercado laboral.




RECUADRO 3

TIPOS DE DISCRIMINACIÓN

Directa: conformada por leyes o prácticas que excluyen a trabajadores con ciertas características.

Indirecta: son leyes y prácticas de carácter imparcial que redundan en perjuicio de un gran número de personas de una determinada población.

COSTOS DE LA DISCRIMINACIÓN

Entre los principales costos de discriminación tenemos:

 La disminución de la productividad y competitividad de las empresas.
 La generación de pobreza
 El aumento de la vulnerabilidad de ciertas personas (jóvenes, mujeres, discapacitados)
 El efecto sobre el crecimiento económico


Fuente: Seminario nacional tripartito sobre “La aplicación de los principios y derechos fundamentales
en el proceso de integración económica regional en el Perú”. Lima, Perú, noviembre de 2003. OIT.




Sin embargo, en relación a la brecha salarial, Bergmann (1971, 1974) desarrolla el modelo de hipótesis de concentración y concluye que las diferencias de ingresos son resultado de la segregación ocupacional (feminización) existente en un mercado laboral, puesto que los empleadores discriminan a las mujeres en ocupaciones de exclusividad masculina. Dado que estos trabajos son exclusivos para los hombres, las mujeres optan por ocuparse en empleos calificados como femeninos. Por lo tanto, a medida que aumenta la oferta de mujeres en las ocupaciones femeninas, el salario tiende a disminuir14 .


Al parecer, el Perú no se alejaría mucho de lo encontrado por estos investigadores, teóricamente la feminización puede aumentar las diferencias salariales por sexo si la
penalización de trabajar en una ocupación femenina es mayor en las mujeres15 .






14 El modelo de Bergmann supone igualdad de habilidades en ambos sexos, por lo tanto de no existir discriminación, los salarios serian los mismos para hombres y mujeres
15 González y Rossi (1999). “Discriminación salarial por género y efectos de la feminización de las ocupaciones en Uruguay”.


Así se presentan las brechas de ingreso por estructura de mercado y se pueden ver que
en todas ellas, la mujer percibe menores ingresos que los hombres, inclusive en aquellos que son ocupados mayoritariamente por mujeres, como el trabajo del hogar, y tiende a aumentar en la pequeña, mediana y gran empresa, es decir en los mayores niveles jerárquicos y de mayor preparación.



Gráfico Nº 18
Lima Metropolitana: Brechas de ingreso por estructura de mercado, 2006 (en nuevos soles)



Trabajador del hogar


Independientes

Mediana y gran empresa (50 a más trabaj.)

Pequeña empresa (10 a 49
trabaj.)

642
487

728
467










1,181
852








1,640







2,086


Microempresa (2 a 9 trabaj.)


Sector público


938

687






1,318





1,763


0 500 1000 1500 2000 2500

Mujer Hombre

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)



Por lo tanto, a pesar de los avances en los temas de equidad, éstos no logran tener un efecto permanente y sostenido sobre la erradicación de la discriminación de género, por esta razón es de menester atender prioritariamente los temas de igualdad de oportunidades y de género, si es que se quiere mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana, de lo contrario seguiremos en un mercado de trabajo caracterizado por las desventajas laborales que perjudican a los grupos humanos más vulnerables, como el de las mujeres.


Así, el Estado tiene la obligación de fomentar y ejecutar las políticas públicas tendientes a alcanzar la equidad y la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres, por lo que ha venido desarrollando políticas nacionales y vigilando el cumplimiento de los acuerdos y compromisos internacionales suscritos por el Perú, para la adopción de las medidas

concretas que favorezcan el desarrollo de las mujeres y los varones, y la transversalidad
de la perspectiva de equidad de género. Es a través del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006-2010, aprobado en setiembre del 200516 , donde se plasman los lineamientos de política, objetivos estratégicos y metas del plan, con el compromiso de cumplimiento al conjunto del Estado, así como al sector privado y la sociedad civil.


Se espera que el avance en el cumplimiento del Plan constituya una mejora de las políticas públicas de género, para la disminución de la pobreza y desarrollo del país, con
igualdad de oportunidades para todos los peruanos.
















































16 A través del Decreto Supremo Nº 009-2005-MIMDES (Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social).

7. Conclusiones


• La participación de la mujer en el mercado laboral es un fenómeno que reviste
un análisis social. El modelo de organización familiar tradicional de hombre proveedor y mujer cuidadora, y las variables sociales como el ciclo fértil de la mujer, el número de hijos, el nivel educativo e ingresos son factores que inciden en la participación laboral de las mujeres.


• En base al análisis realizado de estos 10 años (1996-2006) para Lima Metropolitana, se puede notar que todavía persisten las limitaciones de la mujer en la inserción al mercado laboral. Por un lado, el desempeño ocupacional se concentra en un abanico limitado de ocupaciones laborales y, por otro, el incremento de la discriminación acompañado de la poca inversión
en capital humano, provoca el aumento de la vulnerabilidad femenina. Hay un porcentaje importante de mujeres que laboran en el sector informal de la economía, sobretodo de los niveles educativos básicos, cuyas condiciones laborales dejan mucho que desear, por lo que es necesario promover empleos dignos y mayores oportunidades para las mujeres.


• Sin embargo, hay que notar que hoy en día, las mujeres son más educadas que hace diez años, es decir que cuentan con un mayor nivel educativo, siendo
en los niveles secundario y superior (universitario y no universitario) donde se encuentran casi en la misma proporción que los varones. Sin embargo, todavía
se evidencia (en el 2006) una brecha de ingresos entre hombres y mujeres del
16% en Lima Metropolitana, principalmente debido a discriminación, lo que empuja a las mujeres a emplearse en trabajos de baja productividad, en condiciones de informalidad y vulnerabilidad, con bajos ingresos, que las relaciona a los roles reproductores y de cuidado.


• El apoyo al empleo digno de las mujeres merece un cambio en la legislación laboral en lo referente a la existencia de jornadas laborales, a tiempo parcial por ejemplo (que se da en otros países), que permitirían compatibilizar los roles de la mujer; además de la existencia de servicios de cuidado infantil como salas cunas y jardines. Promover la importancia del trabajo remunerado
de las mujeres como fuente generadora de ingresos, ayudaría al cambio de mentalidad en la sociedad, el cual toma tiempo.


• La tensión existente entre los roles domésticos y laborales de la mujer, lleva a
un aumento de su carga de trabajo, lo que sería una doble jornada laboral, con consecuencias en su salud y familia. Estos factores deben ser considerados en

las políticas de educación, salud y empleo, en bien de la sociedad y del país en
su conjunto. La igualdad entre los géneros, el acceso a las oportunidades y la autonomía de la mujer son fundamentales para la reducción de la pobreza y el crecimiento del país.

8. Referencias


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Economics, 3, 1985


Bergmann, B. R. (1971). “The effect on white incomes of discrimination in employment”, Journal of Political Economy, vol.79-2.


Bergmann, B.R. (1974): “Occupational Segregation, Wages and Profits When Employers
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ANEXO Nº 1
Lima Metropolitana: PEA Ocupada femenina por estructura de mercado,
2006


Ocupados Ingresos Mensuales Horas

Subempleo (%)

Estructura de mercado

Total % Promedio Mediana


semanales

Por horas Por ingresos


PEA ocupada
1,533,157
100.0
799
550
45
13.2
40.6

Sector público
127,547
8.3
1,318
1,056
43
9.6
16.0
MYPE 429,626 28.0 757 550 49 9.3 49.5
Microempresa 247,122 16.1 687 500 50 10.3 54.8
Pequeña empresa 182,504 11.9 852 634 48 8.1 42.4
Mediana y grande 206,018 13.4 1,640 1,014 48 3.3 20.4
Independientes 495,211 32.3 467 360 41 23.9 39.0


0
T.F.N.R 94,092 6.1 45 4.6 70.1
Resto 180,663 11.8 487 500 48 11.6 48.6

1/ Los ingresos están expresados en nuevos soles.
Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL) Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006




ANEXO Nº 2
Lima Metropolitana: Promedio de horas de trabajo a la semana de los jefes de hogar, 2006

Sexo del jefe de hogar Promedio de horas de trabajo a la semana


Hombre 57
Mujer 46


Total 55
Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en
Niveles de Empleo, 2006.
Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios
Laborales (PEEL)

Glosario de Términos

1. Población en Edad de Trabajar (PET)

Conjunto de personas que están aptas en cuanto a edad para el ejercicio de funciones productivas. Este límite etáreo es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la educación y las costumbres nacionales. En el Perú, se considera a toda la población de 14 años y más como población en edad activa o población en edad de trabajar (PET).

2. Población Económicamente Activa (PEA)

Son todas las personas en edad de trabajar que en la semana de referencia se encontraban trabajando (ocupados) o buscando activamente trabajo (desocupados).

3. Población No Económicamente Activa (inactivos)

Son todas las personas que pertenecen a la población en edad de trabajar que en la semana de referencia no han trabajado ni buscado trabajo y no desean trabajar. Dentro
de este grupo se encuentran las amas de casa, los estudiantes, los rentistas y los jubilados, que no se encontraban trabajando ni buscando trabajo. También se consideran dentro de este grupo a los familiares no remunerados que trabajan menos de 15 horas de trabajo semanales durante el periodo de referencia.

4. PEA ocupada

Es el conjunto de la PEA que trabaja en una actividad económica, sea o no en forma remunerada en el periodo de referencia. En este grupo se encuentra las personas que:

• Tienen una ocupación o trabajo al servicio de un empleador o por cuenta propia y perciben a cambio una remuneración en dinero o especie.
• Tienen una ocupación remunerada, no trabajaron por encontrarse enfermos, de vacaciones, licencia, en huelga o cierre temporal del establecimiento.
• El independiente que se encontraba temporalmente ausente de su trabajo durante el periodo de referencia pero la empresa o negocio siguió funcionando.
• Las personas que prestan servicios en las Fuerzas Armadas, Fuerzas
Policiales o en el Clero.

5. PEA subempleada

Son los trabajadores cuya ocupación no es adecuada cuantitativa y cualitativamente, respecto a determinadas normas. En el caso del Perú se considera dos grupos de subempleo, por horas y por ingresos.

6. Subempleo por horas (visible)

Es aquel en el que se labora menos de 35 horas a la semana, se desea trabajar horas adicionales y se esta en disposición de hacerlo.


7. Subempleo por ingresos (invisible)

Es aquel en el que se labora 35 o más horas semanales, pero su ingreso es menor al ingreso mínimo de referencia.

8. Ingreso Mínimo Referencial

Es aquel que se obtiene de dividir el costo de la Canasta Mínima de Consumo (elaborado
en base a los requerimientos mínimos nutricionales en calorías y proteínas) entre el número promedio de perceptores del hogar. Se asumen que existen dos perceptores de ingreso por hogar.

9. PEA adecuadamente empleada

Está conformada por dos grupos de trabajadores:

Aquellos que laboran 35 horas o más a la semana y reciben ingresos por encima del ingreso mínimo referencial, y
Aquellos que laboran menos de 35 horas semanales y no desean trabajar más horas.

10. PEA desocupada

Se considera en esta categoría a las personas de 14 años y más que en el período de referencia no tenían trabajo, buscaron activamente trabajo durante la semana de referencia y no lo encontraron.

11. Desalentados

Conformado por las personas que sin trabajar y estando dispuesto hacerlo no buscaron empleo por considerar que eran malas las posibilidades ofrecidas por el mercado y por lo tanto sabían que no lo encontrarían, pero que sí lo buscarían si tuviesen una percepción más positiva de las posibilidades laborales.

12. Período de referencia

Se entiende por periodo de referencia al mes o semana que corresponde recoger información.

13. Estructura de mercado

Clasificación que se hace a los diferentes grupos de ocupados que existen diferenciados básicamente por quién es el demandante de trabajo: sector público, sector privado, hogares, y el grupo de independientes que son demandantes y ofertantes de trabajo a la vez. El sector privado incluye a empleadores y asalariados y se subdivide en:

• Microempresas: menos de 10 trabajadores
• Pequeña empresa: de 10 a 49 trabajadores
• Mediana y gran empresa: de 50 a más trabajadores

14. Principales indicadores

• Tasa de actividad: Mide la participación de la población en edad de trabajar (PET)
en el mercado de trabajo, sea trabajando o buscando trabajo. La tasa de actividad nos indica qué porcentaje de la PET constituye la oferta laboral (es decir la Población Económicamente Activa – PEA).
• Tasa de Desempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra desempleada.
• Tasa de Subempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra subempleada.
• Tasa de Adecuadamente Empleado: Mide la proporción de la oferta laboral (PEA)
que se encuentra adecuadamente empleada.
• Ratio empleo / población: Mide el porcentaje de las personas de la (PET) que se encuentran trabajando.

15. Categoría ocupacional

La PEA ocupada se agrupa en seis categorías de ocupaciones

• Empleador / patrono: Es aquella persona que es titular o director en la explotación
de una empresa, negocio o profesión y tiene trabajadores remunerados a su cargo.
• Empleado: Es el trabajador que desempeña de preferencia en actividades de índole no manual, presta sus servicios a un empleador pública o privado, y que
percibe una remuneración mensual (sueldo).
• Obrero: Se denomina así, al trabajador que desempeña actividades de carácter manual, que trabaja para un empleador público o privado, y que percibe una remuneración semanal (salario).
• Trabajador independiente: Es aquella persona que trabaja en forma individual o asociada, explotando una empresa, negocio o profesión, y que no tiene trabajadores remunerados a su cargo.
• Trabajador doméstico: Es la persona que presta servicios en une vivienda particular y recibe una remuneración mensual por sus servicios, y generalmente recibe alimentos.

Nota: los trabajadores que prestan servicios domésticos (lavado, cocina, limpieza, etc.) para una empresa o establecimiento público o privado y no para una familia particular, debe ser considerado obrero y no trabajador doméstico.

• Trabajador familiar no remunerado: Es la persona que presta sus servicios en una empresa o negocio, con cuyo patrón o dueño tiene lazos de parentesco, sin percibir remuneración. En algunos casos recibe propina u otras formas de pago diferentes a sueldo, salario o comisiones. (OIT, Octava Conferencia Internacional
de Estadígrafos del Trabajo).

11 comentarios:

  1. COMENTARIO: LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL DE LIMA

    En las últimas décadas, hemos presenciado importantes cambios sociales, demográficos, económicos y políticos en Chile, que nos ubican hoy ante nuevos contextos y formas organizativas, uno de ellos es la inserción de la mujer al mercado laboral.
    La realización de éste estudio laboral, basándose en diversas encuestas aplicadas en el periodo 1996 – 2006 para Lima Metropolitana, ha arrojado altos índices de participación activa de la mujer en la sociedad actual en comparación a las décadas anteriores, a pesar de que aun existen grandes brechas entre los beneficios que le corresponden a los hombres y de los cuales no gozan las mujeres, que muchas veces impiden su acceso. Es aquí donde se puede observar que la tasa de actividad masculina a diferencia de la femenina; es mayor, lo que nos conlleva a concluir que todavía existen los roles que se han venido desempeñando; desde antaño; dentro de la familia.

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  2. Es necesario señalar que la mujer al optar por desarrollarse profesionalmente y decidir ingresar al mercado laboral, dejará en un segundo plano las ocupaciones que ha venido desempeñando, es por ello que su ingreso al mercado laboral se visto supeditado a diversos factores los cuales deben tener en cuenta para que su vida familiar no se vea afectada. De esta manera la mujer se ve obligada generalmente a trabajar en el sector informal. Es por ello que el estado, mediante políticas laborales debería regular otras formas de prestación de servicios, como el part-time o el trabajo desde el hogar, que coadyuvan no solo al desarrollo de la mujer en el ámbito profesional y el acceso a una mejor calidad de vida sino también al incremento de las tasas de participación en el mercado laboral.
    Las encuestas indican que la mayor parte de las mujeres se dedican a trabajar en el sector informal, debido a que son éstos los principales generadores de empleo. Otro tema es el del salario, que dentro de los diez años en que se basan los estudios, éstos han aumentado considerablemente, sin embargo el salario de los hombres es mucho mayor al de las mujeres.

    La educación es otro de los factores que inciden en la mujer para poder ingresar al mercado laboral y es uno de los más importantes, pues así nos lo demuestran los países desarrollados que han hecho de su prioridad el invertir en educación. El nivel de educación así como la edad y el trato personal es lo que se toma en cuenta para la inserción de la mujer en el trabajo.

    En cuanto a las características de las mujeres inactivas en el ámbito laboral tenemos, que generalmente se debe a que estas se dedican al quehacer del hogar, a la crianza de sus hijos.

    Por otro lado tenemos, a las “mujeres jefes de hogar”, que por diversos motivos han tenidos que llevar las riendas de su hogar y por lo tanto convertirse en las únicas proveedoras de su hogar. Hay quienes las denominan mujeres jefas de hogares monoparentales, se suma la dificultad de que asumen, generalmente solas, la crianza cotidiana de las hijas e hijos. Estas mujeres, suman, restan y calculan todo el día la mejor fórmula para cumplir con sus roles de madres y de trabajadoras. Muchas veces, estos cálculos implican ceder en determinados aspectos por lograr beneficios en otros ámbitos, por ejemplo, a veces se ven en la necesidad de optar por trabajos con menores ingresos, pero que les permitan asegurar un ingreso mensual estable, o que les permitan pasar más tiempo con sus hijas/os. De esta manera, buscando cumplir con todos sus roles, en ocasiones, estas mujeres acceden a trabajos precarios.

    Como sucede en todo el mundo, las mujeres peruanas obtienen ingresos menores que sus compatriotas varones por el ejercicio del trabajo económico, aunque también como en casi todas las partes del globo, esas diferencias se van reduciendo con el paso del tiempo.
    Las causas de ese menor ingreso son variadas: por un lado, residen en el hecho de la segmentación ocupacional, pero por el otro, también se mantienen diferencias de salario por discriminación sexual directa, es decir, frente a igual tipo de empleo. Estudios como éste nos muestran que cuando las mujeres comienzan a ocupar espacios laborales de alta cualificación, empieza a descender en ellos el nivel de remuneración.
    Las políticas de empleo desempeñan un papel crucial a la hora de afrontar los desafíos antes mencionados. Es menester por ello la promoción por parte del estado de nuevas formas de prestación de servicios que coadyuven a las mujeres trabajadoras a alcanzar una mejor calidad de vida para ellas y para los suyos.
    INTEGRANTES

    KARINA CARDOZA HINOSTROZA
    FRANKLIN SIANCAS NAVARRETE
    LIZET ZAPATA RUIZ

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  3. El tema nos pareció de una relevancia no solo social sino también laboral y económica, pero mucho más legal porque es el estado atreves de esta, que debe brindar una protección contra la discriminación en todas sus modalidades en todos los aspectos de la vida de la persona humana , abarcando este tema especialmente la discriminación laboral por motivos de sexo no solo en la oferta de trabajo o grado de accesibilidad al puesto de trabajo sino también en el sentido de que si lo obtiene es discriminado en la remuneración de este, siendo la mujer la más afectada por estas modalidades de discriminación, comprobado por medios estadísticos en la ciudad de lima realizados por la INEI. Pero hablemos no solo de una protección solo legal sino además efectiva y de real cumplimiento la cual debe de ayudar a superar la realidad y establecer estándares mininos tanto en el sector público como privado para hacer efectivo esta protección
    Esta discriminación como una de los motivos más importantes de la diferencia laboral y remunerativa entre hombres y mujeres, como se demuestra que los hombres se ubican en mejor condición que las mujeres, ya que el 56,9% de hombres se encuentran adecuadamente empleados, frente al 41% de mujeres.
    Además es necesario de precisar que los factores por que la mujer no puede acceder a un puesto de trabajo son por diversas causas no legales pero si en los que el estado tiene responsabilidad como por ejemplo el de educación en cual el hombre tiene más probabilidades que las mujeres, entre otros la historia y costumbre de que la mujer se dedica a las tareas de la casa y la falta de una cultura de educación profesional. Y si obtienen un puesto de trabajo esta no tienen Las políticas de empleo para las mujeres debieran incluir como Medidas como la existencia de una mayor cantidad de salas cunas, así como empleos a jornada parcial ayudarían a mejorar el empleo de las mujeres, así como aumentar su participación en el mercado laboral.

    Analizando la tasa de participación femenina por rangos de edad, se puede ver que las mujeres entre los 30 y 45 años de edad son las que presentan la mayor tasa de participación, que se explica por encontrarse en la etapa de mayor productividad y experiencia.
    Podemos concluir que En base al análisis realizado de estos 10 años (1996-2006) para Lima, se puede notar que todavía persisten las limitaciones de la mujer en la inserción al mercado laboral. Por un lado, el desempeño ocupacional se concentra en un abanico limitado de ocupaciones laborales y, por otro, el incremento de la discriminación acompañado de la poca inversión en capital humano, provoca el aumento de la vulnerabilidad femenina.
    Debemos señalar además que si bien la mujer ha incursionado en los últimos años en el campo laboral no puede dejar de preocupar la disminución conforme el paso de los años en este y su aumento de su participación en el trabajo informal pero además que a pesar a estar en igualdad de condiciones en la remuneración
    Integrantes.
    Daniel Vicente reyes estrada
    Danny Javier olemar Távara
    Sheyla alvina Sánchez reusche

    ResponderEliminar
  4. Todos sabemos, que en el campo laboral, la mujer siempre ha estado en una situación de desigualdad frente a los hombres, en primer lugar se debe recordar que no se concebía que una mujer se desarrolle profesionalmente, puesto que su rol era relegado a sólo un ámbito familiar, esto es, al cuidado de los hijos, afortunadamente con el devenir del tiempo esta situación ha cambiado, permitiéndose ahora a las mujeres el acceso a un puesto de trabajo, demostrando en éste que puede ser tanto o más capaz que cualquier hombre.
    En este artículo se analiza especialmente el caso de la mujer de Lima Metropolitana, de donde se aprecia que si bien ha existido un avance en cuanto al acceso de las mujeres en el mundo laboral, falta aún mucho por corregir, muestra de ello, son las existencia de desigualdades en cuanto a los salarios entre hombres y mujeres, diferencia que no presenta justificación razonable alguna.
    Existe un gran deseo de participación por parte de las mujeres en el ámbito laboral, no obstante, sus labores de madre y esposa a cargo de los hijos y del hogar son muchas veces severos obstáculos difíciles de vencer, ello unido a la falta de interés por parte de los empleadores de conceder facilidades como una jornada parcial o creación de cunas imposibilita o merma las posibilidades de acceso a la mujer en el mercado laboral.
    Ha sido bastante satisfactorio que actualmente se vea que tanto hombres como mujeres tienen acceso a una educación que les permita desarrollarse adecuadamente, ello les permitirá a las mujeres acceder a mejores puestos de trabajo, aunque si tenemos en cuenta la existencia exigida por los empleadores de requisitos como experiencia o incluso edad, el acceso al mundo laboral no se encuentra garantizado; las mencionadas son algunas de las causas que influyen en la inactividad de la mujer en el mercado laboral.
    Un caso a resaltar es el de las madres solteras. Ellas, además de sentir la mirada acusadora de la sociedad, tienen la carga adicional de no ser vista como una ideal opción en el ámbito laboral, ello porque llevan una gran carga familiar a cuestas. No obstante, a pesar de ello, es admirable que hayan luchado por acceder a puestos de trabajo haciendo posible ser las jefas indiscutibles del hogar, independientes tanto profesional como económicamente.
    No obstante, por el deseo o afán de conseguir algo de dinero, muchas mujeres se ven obligadas a aceptar un puesto de trabajo subempleado, y es que ante la mentalidad de muchos empleadores de no ofrecer los mismos beneficios que un varón ven a este subempleo como la única opción e incluso a aceptar puestos de trabajo informales de los que no obtendrán algún tipo de beneficio o seguridad laboral, ni, está demás decirlo algún tipo de desarrollo, satisfacción y realización.
    Es aquí donde el Estado debe promover la creación de políticas de integración en el ámbito laboral de hombres y mujeres, buscando erradicar los factores de discriminación existentes entre éstos, hombres y mujeres somos iguales y capaces de realizar con la misma eficiencia las tareas que se nos encomienden.
    Creemos que tanto hombres como mujeres son capaces para desarrollarse en el ámbito laboral que se propongan, lo que debe buscarse es luchar por eliminar las diferencias existentes entre éstos. Este informe busca que se pueda reflexionar sobre la situación actual tanto de hombres como mujeres e el mercado laboral y a partir de ello eliminar o tratar al menos de mermar las diferencias existentes, no será fácil ni rápido, tomará tiempo, pero valdrá la pena.
    INTEGRANTES
    DENISSE MARTINEZ AGURTO
    DIANA FIORELLA SIRLUPU LOPEZ
    ANTHONY VARGAS JIMENEZ

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  5. LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL DE LIMA METROPOLITANA:
    Hoy en día se está dejando el viejo pensamiento de carácter machista referido a que el trabajo en sus diversas facetas solo está destinado para el sexo fuerte, ya que a través de los años se ha percibido una equilibrio de desempeños tanto del hombre como de la mujer ya que el sexo femenino ha demostrado la suficiente capacidad de desempeñarse en las mismas condiciones que los hombres, esto se avizora en las diversas actividades económicas así como también políticas.
    A nivel mundial la incorporación de la mujer en el mercado de trabajo recibe en la actualidad una atención especial, pues en estudios socio demográficos, se profundiza mas en las causas y consecuencias de la concentración o segregación de las mujeres en algunas actividades u ocupaciones, así como en la discriminación que sufren debido a su condición femenina.
    En los estudios de género y en las organizaciones de mujeres se ha insistido de manera frecuente en la necesidad de hacer visible la participación económica femenina. Los trabajos que realizan las mujeres son en su mayoría precarios, discriminatorios, de tiempo parcial y ciertamente no son registrados adecuadamente en las fuentes estadísticas más globales cono son los censos de población.
    Las importantes contribuciones de las mujeres a la producción económica se basan tanto en su trabajo formal, como el informal. El empleo de una perspectiva de género en el análisis de la fuerza de trabajo tiene que partir de esta consideración esencial y gradualmente se ha llegado al consenso de que los trabajos tienen que ser analizados de manera integral.
    De acuerdo con múltiples estudios, la segregación ocupacional basada en el sexo de los individuos ha tenido un impacto negativo sobre las mujeres al limitar sus oportunidades ocupacionales, sus ingresos y la valoración de su trabajo. Pero por otra parte se ha constatado que dicha segregación ha propiciado que la expansión en el sector de los servicios se traduzca en oportunidades crecientes en empleo para las mujeres.
    Todo lo anterior nos lleva a concluir que la segregación ocupacional y la discriminación laboral han sido temas que no se han atendido lo suficiente. En lo que a la segregación ocupacional respecta se reconoce que las mujeres tienden a concentrarse en unas cuantas ocupaciones, pero no se ha profundizado en este fenómeno a lo largo de diferentes momentos históricos.

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  6. Sobre la discriminación hemos considerado el hecho de que las mujeres reciben menos salario y están sujetas a condiciones de trabajo menos favorables solo por su condición femenina. Asimismo, la segregación y la discriminación, se infieren a partir del análisis de las distribuciones porcentuales de hombres y mujeres en las distintas ocupaciones y en los diferentes niveles de remuneración.
    Sobre los efectos de la globalización y la reestructuración en la economía en el empleo femenino, es preciso reconocer que las políticas globales han señalado mas las diferencias entre hombres y mujeres.
    Finalmente desde la perspectiva individual, las ocupaciones no asalariadas o informales han permitido a las mujeres desarrollar sus tareas domesticas y extradomésticas, sin embargo, como han sugerido algunas investigaciones esto implica una doble y triple jornada de trabajo y conlleva a otros costos personales y familiares.
    1. Situación de la mujer en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana

    En el año 2006, la Población en Edad de Trabajar (PET) de la ciudad de Lima
    Metropolitana ascendió a 6,3 millones de personas, de las cuales el 51,7% eran mujeres y el 48,3% restante, hombres. Según la estructura demográfica de la PET, el 42,6% está compuesta por jóvenes de entre 14 a 29 años de edad, lo que constituye la base de la pirámide, como se puede ver en el gráfico de la estructura demográfica. Los adultos entre 30 y 59 años conforman el 46,4% de la PET, mientras que las personas de 60 años a más de edad (adultos mayores) constituyen el 11% de la PET.

    La PET se divide entre la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población
    Inactiva, es decir los que participan en el mercado de trabajo (ocupados o desempleados) y los que se mantienen en condición de inactividad (amas de casa, jubilados, estudiantes, etc.).
    Analizando la participación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana,
    se puede ver que ésta es menor para ellas en comparación con la de los hombres, ya que
    la tasa de actividad masculina fue de 75,4% contra el 53,4% de las mujeres. Estos datos confirmarían que todavía persisten ciertos roles en las familias, siendo el de la mujer, el cuidado de los hijos y el hogar, mientras que el del hombre, de sustento económico.

    La decisión de participación de una mujer en el mercado laboral depende de muchos factores, a diferencia de los hombres, ya que en ella afectan el número de hijos, la educación, estado civil, el cuidado del hogar, el nivel de ingresos en la familia, la ayuda doméstica a la que puedan tener acceso, así como cuestiones culturales, como los papeles o roles que desempeñan hombres y mujeres en la sociedad. Además, el período
    de permanencia en el mercado laboral en las mujeres presenta mayores interrupciones que en los hombres, principalmente por el período de embarazo o maternidad, que la aleja por un tiempo del mercado laboral.
    Las políticas de empleo para las mujeres debieran incluir estas características. Medidas como la existencia de una mayor cantidad de salas cunas, así como empleos a jornada parcial ayudarían a mejorar el empleo de las mujeres, así como aumentar su participación
    en el mercado laboral.

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  7. 2. Características de las mujeres ocupadas de Lima Metropolitana
    Los mayores ingresos laborales promedio son percibidos por las mujeres ocupadas en la mediana y gran empresa (S/. 1 640), así como en el sector público (S/. 1 318), mientras que los menores se dan en las trabajadoras del hogar y las independientes no profesionales, con ingresos inferiores a la remuneración mínima vital, la cual asciende a S/.500 (véase anexo Nº 1).En relación a las horas de trabajo, se puede observar que, el grupo de mujeres que laboran en la microempresa trabajan en promedio más horas a la semana, seguido de las trabajadoras del hogar. Finalmente, las que trabajan menos horas son las independientes profesionales, quienes solo representan el 1,9% del total de ocupadas.
    En cuanto a una de las particularidades de la calidad del empleo se encontró que las TFNR, las trabajadoras de las microempresas y las independientes son las que registran mayores tasas de subempleo (74,7%, 65,1% y 62,9% respectivamente). En todos los casos, el subempleo por ingresos resulta ser superior al subempleo por horas.

    La Informalidad del empleo
    Definir el empleo informal es difícil debido a la complejidad y heterogeneidad que presenta. Una aproximación a la definición de informalidad del empleo consiste, en analizar la situación de los trabajadores en el desarrollo de su actividad, y de esta manera determinar las personas que están en una situación informal. Según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, forman parte del sector informal: los trabajadores de la microempresas, los independientes no calificados, los trabajadores familiares no remunerados (TFNR), y los trabajadores del hogar, por la baja productividad de las actividades que realizan, así como por la ausencia de protección social, que las ubica en una situación precaria.
    Generalmente, se relaciona el empleo informal a la ausencia de protección social, bajos niveles de productividad e ingresos, con predominio de mano de obra no calificada, y con limitadas perspectivas de progreso laboral en el futuro.
    Esto se corrobora con el grado de protección social de los trabajadores del sector informal, en donde sólo el 5% de ellos cuenta con un seguro de salud y 8,2% se encuentra afiliado a un sistema de pensiones, a diferencia de los trabajadores del sector formal, quienes más del 50% cuentan con estos beneficios laborales (ver gráfico Nº 7)
    En el caso de las mujeres existen algunas variables que influyen en la posibilidad de trabajar en el sector informal, como la composición de las unidades familiares y el número
    de hijos que tienen. Para ellas, la informalidad es una alternativa de trabajo que es de fácil acceso, debido a la flexibilización de las horas de trabajo. Así, disponen de más tiempo, que pueden distribuirlo entre las actividades laborales y las domésticas. Generalmente formulan estrategias familiares5 que involucra división de trabajo y delegación de responsabilidades en donde participan la mayoría de integrantes del hogar.

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  8. Las mujeres ocupadas según sector económico
    El empleo de las mujeres por rama de actividad económica ha mantenido un comportamiento estable a lo largo de los últimos 10 años. Así, tenemos que en el 2006,
    los sectores de mayor generación de empleo femenino continúan siendo: servicios (50,5%) y comercio (35,2%). Mientras que los sectores que concentran una menor cantidad del empleo femenino son: industria (13,2%), extractivas y construcción (en
    conjunto, éstas dos últimas agrupan el 1,1% del empleo femenino.

    Los ingresos de las mujeres ocupadas
    En la actualidad, la variación del ingreso real de las mujeres de Lima Metropolitana desde
    1996 hasta el 2006 es de 7,5%, y de los hombres es de 10,3%. Es decir, el incremento del
    7 En el año 2006, el sector servicios agrupó al 39,3% de las mujeres ocupadas y hogares al 11,2%en Lima Metropolitana. En base a esta clasificación se presentan los ingresos promedio por sexo, y se puede ver que el ingreso promedio de las mujeres es menor al de los hombres.
    Los diferenciales salariales se deben a la segmentación del mercado laboral, los empleos formales están protegidos por la legislación, además se caracterizan por tener ingresos elevados y restricciones a la entrada. En consecuencia, personas con características laborales similares ganan distintos ingresos dependiendo del sector en el que trabajen.

    El nivel educativo de las mujeres ocupadas
    Los resultados para Lima Metropolitana confirman que a mayor nivel de preparación y estudios, los niveles de ingresos aumentan, pero siempre la brecha de ingresos es favorable para los hombres, siendo en el nivel universitario el de mayor diferencia, como
    se puede ver en el siguiente cuadro. Además, es importante notar que para el año 2006,
    la proporción de mujeres y hombres ocupados del nivel educativo superior universitario completo es similar, siendo aún mayor en las mujeres del nivel no universitario.

    3. Características de las mujeres desocupadas de Lima Metropolitana
    La mujer sigue teniendo una mayor tasa de desempleo que el hombre, así mientras la tasa de desempleo del hombre se sitúa por debajo del 7% entre 1996 y 2006, la de la mujer ha experimentado un incremento en estos 10 años, situándose en 11,3% para el
    2006. Estos resultados confirman que las mujeres tienen mayores probabilidades de estar desempleadas a comparación de los hombres.
    Además, hay que recalcar que es menor la proporción de desocupadas con nivel educativo sin instrucción y primaria completa, comparando los dos años, lo que corrobora el mayor acceso a la educación de las mujeres. En conclusión, las mujeres desocupadas hoy en día son más educadas que hace diez años atrás. Se puede concluir, que para el año 2006, la gran mayoría de mujeres desocupadas eran jóvenes de entre 14 a 29 años de edad (56,3%), por lo que se analiza a este grupo.

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  9. Las Jóvenes desocupadas
    El total de mujeres jóvenes desocupadas en Lima Metropolitana ascendió a 109 977 en el año 2006. El 66% de ellas se encontraba en el rango de 14 a 24 años, y el resto (34%),
    en el de 25 a 29 años de edad.
    Sin embargo, hay que recalcar la proporción de mujeres desocupadas con niveles superiores universitario y no universitario, sobretodo en el rango de entre 25 a 29 años de edad (por encima del 20%). Estos resultados dan luces acerca de la calidad de estos centros educativos superiores que supuestamente, forman para el futuro laboral de las personas. Medidas de evaluación de la calidad de la enseñanza, así como información acerca de las ocupaciones que requiere el aparato productivo son importantes para lograr el nexo entre el mercado laboral y el formativo (o educativo).
    4. Características de las mujeres Inactivas de Lima Metropolitana
    Los inactivos son todas aquellas personas que no participan en el mercado de trabajo por varias razones. En el 2006, el 36% de la PET de Lima Metropolitana se encontraba inactiva, es decir alrededor de 2,2 millones de personas, siendo en su gran mayoría mujeres10.
    •Razones de inactividad
    En el 2006, el 46,6% de la PET femenina de Lima Metropolitana pertenece al grupo de
    Inactivas, siendo las razones de esta situación, mayormente el hecho que se dedican a los quehaceres del hogar (30,8%) y por su edad o falta de experiencia (21%). También
    10 De toda la población inactiva de Lima Metropolitana, el 67% estaba compuesta por mujeres y el resto, por hombres (33%). refieren el hecho de que no hay trabajo o se han cansado de buscarlo como un motivo de encontrarse inactivas, así como el hecho de encontrarse estudiando (10,1%), y hasta por cuestiones de salud.
    5. Mujeres jefes de hogar
    Sin embargo, hoy en día, el mayor número de separaciones y divorcios de las parejas trae consigo que la mujer asuma el papel de proveedora del hogar, ante la ausencia o abandono del padre, además de la existencia de madres solteras.
    Así, el número de hogares cuyos jefes de hogar son mujeres es considerable, y en Lima Metropolitana, este número llega a 427 mil, que representan el 21,5% del número de hogares mantenidos por un jefe de hogar (Ver cuadro Nº 7). Generalmente, las mujeres jefes de hogar tienen muchas dificultades, sobretodo, de carácter económico y social.
    Aún no se ve reflejado en los hogares una distribución más equitativa de las tareas domésticas y laborales en ambos sexos. Diversos estudios señalan la importancia de abordar el análisis de los hogares partiendo de las características socioeconómicas del jefe de hogar, ya que somos lo que nuestro hogar es, y muchas veces nos vemos reflejados en el comportamiento del jefe de hogar. Por ello, es importante analizar el caso de los hogares con jefatura femenina, y conocer algunas de sus características y condiciones de vida.

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  10. 6. Diferenciales de ingreso por género
    Las diferencias entre los ingresos laborales promedio de varones y mujeres ha dado origen a numerosas investigaciones que concluyen que los hombres están mejor remunerados que la mujeres.
    La diferencia de ingresos por género se conforma de dos partes: una explicativa y otra no explicativa. La primera indica la presencia de factores individuales que son observables, mientras que a la segunda se le atribuye la discriminación y/o la ausencia de movilidad en
    las mujeres en distintos tipos de trabajo. Esta descomposición consiste en realizar regresiones separadas para hombres y mujeres de la forma que sigue:
    Así se presentan las brechas de ingreso por estructura de mercado y se pueden ver que
    en todas ellas, la mujer percibe menores ingresos que los hombres, inclusive en aquellos que son ocupados mayoritariamente por mujeres, como el trabajo del hogar, y tiende a aumentar en la pequeña, mediana y gran empresa, es decir en los mayores niveles jerárquicos y de mayor preparación.
    Por lo tanto, a pesar de los avances en los temas de equidad, éstos no logran tener un efecto permanente y sostenido sobre la erradicación de la discriminación de género, por esta razón es de menester atender prioritariamente los temas de igualdad de oportunidades y de género, si es que se quiere mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana, de lo contrario seguiremos en un mercado de trabajo caracterizado por las desventajas laborales que perjudican a los grupos humanos más vulnerables, como el de las mujeres.
    Se espera que el avance en el cumplimiento del Plan constituya una mejora de las políticas públicas de género, para la disminución de la pobreza y desarrollo del país, con
    igualdad de oportunidades para todos los peruanos.
    16 A través del Decreto Supremo Nº 009-2005-MIMDES (Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social).

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